Manifiesto Asociación trabajadores/as del Hogar de Sevilla. Dia Internacional del Migrante 18 D 2021

Manifiesto Asociación trabajadores/as del Hogar de Sevilla. Dia Internacional del Migrante 18D 2021 La Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 2000 proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, para reconocer el papel del migrante y la contribución que la migración aporta al desarrollo de un país. Invita a […]

Manifiesto Asociación trabajadores/as del Hogar de Sevilla. Dia Internacional del Migrante 18D 2021

La Asamblea General de las Naciones Unidas, en el año 2000 proclamó el 18 de diciembre como el Día Internacional del Migrante, para reconocer el papel del migrante y la contribución que la migración aporta al desarrollo de un país.

Invita a los países miembros a difundir información sobre los derechos humanos y las libertades fundamentales de las personas migrantes e intercambiar experiencias y a formular medidas para protegerlos.

En 2020, había unos 281 millones de migrantes internacionales, lo que corresponde al 3,6% de la población mundial. Las mujeres son hoy, casi la mitad de la población migrante del mundo según el Banco Mundial, y su número va en aumento.

 

Las personas migran para escapar de la pobreza, para mejorar sus medios de vida y oportunidades, para escapar de los conflictos, persecuciones, inseguridad, corrupción o delincuencia organizada, terrorismo, violaciones o abusos de los derechos humanos y por factores ambientales como los efectos adversos del cambio climático,  desastres naturales.

 

La mujer que migra, no ve posibilidades de una vida digna en el país de origen, y deciden no esperar, sino marcharse en busca de nuevas oportunidades. La migración es una experiencia dramática en la que se abandonan las raíces propias, dejan atrás a la familia, su cultura.

 

La migración femenina es sinónimo de una mejor calidad de vida, pero no todo es positivo en el país de destino. discriminación por su origen, religión, edad, orientación sexual o sexo, prejuicios, desvalorización y desigualdad de género son algunos de los factores que deben afrontar, pero, a su vez, la migración femenina permite el acceso a una mejor educación, empleo y vida pública y política.

La desigualdad de género genera migraciones, La exclusión social de las mujeres en grandes zonas de África, Asia y Latinoamérica ha feminizado buena parte de los movimientos migratorios.

 

A las mujeres migrantes, por el solo hecho de ser mujeres, se las relaciona con el rol de cuidadoras. El mercado laboral que predominan son los sectores del servicio doméstico, la limpieza o la hostelería. En muchos casos se accede a otro tipo de trabajos como el de trabajadoras sexuales, debido a que los estereotipos nos relacionan con este último sector.

 

La migración contribuye a las labores de cuidado, al sostenimiento de un sistema de base en torno al sostenimiento de la vida, cuidado de niñas y niños y adultos mayores, la creciente presencia de migrantes ha permitido que un número importante de mujeres se puedan incorporar al mercado laboral o trabajen un mayor número de horas. La creciente demanda de servicio doméstico para hogares es considerada como una de las principales causas de la feminización de la migración laboral.

 

En épocas de crisis, las mujeres suelen ser las primeras en reaccionar, en el país de origen o el de destino, cumplen un papel fundamental en el cuidado, el sostén y la reconstrucción de sus comunidades. Las remesas que envían las mujeres migrantes mejoran los medios de vida y la salud de sus familias y fortalecen la economía.

 

El problema no es la migración, el problema es la discriminación a las personas migrantes.

Las mujeres migrantes tienen una mayor capacidad para mantener y generar relaciones positivas en todo tipo de contextos, nunca debería ser excusa para no seguir luchando por la igualdad total entre los géneros y las personas.

 

Los trabajadores y trabajadoras migrantes hemos sido «esenciales» durante la pandemia de la Covid-19 pues trabajamos en sectores como los cuidados, la agricultura, la sanidad, el comercio. En pandemia se reconoció los cuidados como actividad esencial. Si este trabajo es esencial, los derechos de quienes lo desempeñan también deben de serlo.

 

En estos tiempos cuanto más se ha agudizado la crisis económica con las más vulnerables, cuando las familias tienen que hacer recortes en sus gastos, las trabajadoras del hogar son las primeras en salir despedidas, engrosando aún más el desempleo y precariedad en este sector.

 

El rostro de la precariedad laboral en este país es el rostro de la mujer migrante.

 

En el contexto de la pandemia se han acrecentado desigualdades que afectaban a las personas migrantes y refugiadas desde antes, mientras que otras se han hecho visibles. Son especialmente preocupantes las relacionadas con el acceso a la atención primaria en salud, a la educación, a la vivienda, al trabajo decente y a los servicios sociales.

 

Reivindicamos:

  • Acceso a los servicios de salud para todas y todos.
  • Papeles para todas y todos. Regularización de todas las personas que se encuentren en situación administrativa irregular.
  • Derogación de la ley de extranjería, denunciamos las condiciones de precariedad que somete la actual Ley de Extranjería.
  • Eliminación del trabajo interno donde se perpetúan condiciones de semiesclavitud.
  • Fin de la explotación laboral de las trabajadoras del hogar, jornaleras, temporeras y demás sectores donde la presencia de mano de obra es mayoritariamente de origen migrante. Los estados están obligados a reconocer las responsabilidades que tienen con respecto a promover y garantizar los derechos de las trabajadoras migrantes.
  • Inclusión total y sin excepciones del sector en el Régimen General de la Seguridad Social para eliminar la discriminación que sufren las trabajadoras del hogar y de los cuidados.
  • Políticas antirracistas, el racismo y la xenofobia son problemas graves.

 

Tenemos 𝐃𝐞𝐫𝐞𝐜𝐡𝐨 𝐚 𝐮𝐧𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐲 𝐭𝐫𝐚𝐛𝐚𝐣𝐨 𝐝𝐢𝐠𝐧𝐨 𝐬𝐢𝐧 𝐯𝐢𝐨𝐥𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚

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