Un espacio de pensamiento decolonial en Sevilla: resistencias y sentipensares desde el corazón del Pumarejo.

Cristina Boyacá abre las jornadas con una leyenda muisca “La mujer tenía el conocimiento exacto de la ubicación del Tesoro del Dorado, pero los exploradores españoles prefirieron que un varón de la comunidad los guiará”. Así, la poeta marca las dos grandes violencias estructurales que atraviesan a todas las compañeras migrantes: el género y la […]

Cristina Boyacá abre las jornadas con una leyenda muisca “La mujer tenía el conocimiento exacto de la ubicación del Tesoro del Dorado, pero los exploradores españoles prefirieron que un varón de la comunidad los guiará”. Así, la poeta marca las dos grandes violencias estructurales que atraviesan a todas las compañeras migrantes: el género y la colonialidad del poder europeo. 

Ambas violencias serán el hilo conductor de las Jornadas Decoloniales, organizadas por la Asociación Mujeres Supervivientes, que tuvieron lugar la primera semana de octubre de 2021 en el Pumarejo. Jornadas apoyadas por el proyecto “Aliadas: Tejiendo redes de derechos y participación” de la ONG Alianza por la Solidaridad que tiene como objetivo crear redes de participación políticas a través de una agenda y reivindicaciones generadas por las mujeres migrantes.

Durante este encuentro transcurrieron mesas de debate y reflexión en torno al feminismo decolonial, los cuerpos y sexualidades disidentes o las experiencias migradas. Fue un lugar de cuidado mutuo entre personas migrantes y racializadas que pudieron expresar sus sentipensares*, rabias, dolores, resistencias, luchas, alegrías y subversiones. Un espacio donde desarrollar una conciencia colectiva aunando las experiencias individuales de cada una de las presentes. 

Esta construcción comunitaria nace de los pensamientos decoloniales que pretenden rescatar las cosmologías, memorias y significados propios del Abya Yala. Cosmovisiones que se han ido perdiendo con el avance invasivo del eurocentrismo. Pero la resistencia decolonial no sólo está presente en este ejercicio de reconstrucción y visibilidad de nuestras ancestras, apunta Antonia Ávalos; sino en la resistencia cotidiana de ocupar los espacios de la ciudad sevillana. 

Resistir en los espacios públicos y sociales de aquí resulta extenuante, indica Lucy Polo, ya que el feminismo blanco está muy presente y no desarrolla estrategias antirracistas que permitan tener aliadas auténticas. Estas gafas antirracistas resultan prioritarias y deben comenzar por el entendimiento de las causas que motivan a las mujeres migrantes a venir a España; junto a un ejercicio de memoria histórica que asimile la deuda que Europa tiene con el Sur global.

Las jornadas continúan poniendo sobre la mesa la violencia añadida a la que están expuestas las personas trans. Iki Yos aporta el concepto de transición que expresa ese proceso de violencia que no acaba nunca, es decir, cómo las personas migrantes y trans están permanentemente expuestas a la violencia. Además, percibe que los referentes trans en España reproducen el modelo cis-europeo, sin que se abra a la diversidad real de las personas trans-migrantes que existen. 

Al igual que Iki, la compañera Kim Hallen relata sus propias experiencias. Expresa las enormes dificultades para acceder a los tratamientos hormonales en el sistema de salud o cómo la violencia de género binarista la empujó de su propio territorio y se vió en la obligación de huir. Prosigue Alan Moreno que manifiesta cómo el racismo es la violencia que más nota y vive en su día a día, ya que siente que lo bombardean constantemente con la aspiración de ser blanco. Además, denuncia la utilización de las personas trans migrantes para las tesis de las personas blancas porque los objetivizan y refuerzan la idea de que nuestras disidencias sexuales provienen de la Teoría Queer y no de nuestra propia herencia cultural de pensamiento. 

El último círculo de la palabra gira en torno a los discursos de las compañeras que expresan resistencias migratorias. La primera en abrir el debate es Siham Ater Sro que expresa la necesidad de incorporar en nuestra visión global la diversidad de mujeres migrantes. Ella entiende que el racismo estructural empieza en la educación y las instituciones públicas, al ser aquellos espacios de élite y blancos que acogen a las personas migrantes. Por esta razón, ella recomienda incluir a personas blancas en los espacios migrantes para tejer redes y que sean conscientes y consecuentes. 

Tanto Lynn Dika como Yun Ping apuntan y refuerzan la necesidad de abrir el paraguas de las cosmovisiones y del conocimiento de otros territorios, como el Líbano o China. Ambas, desde sus cuerpos y experiencias propias, no hallan referentes en España que les ayuden a indagar sobre sus identidades y memorias. Por lo que ambas se sienten encajadas en el concepto de transracialidad: personas migrantes del Sur global o de países en conflicto que son acogidas por el norte global. 

Tras el recorrido reflexivo y de intercambio de sentipensares, las jornadas concluyeron el día 9 con el Festival Artístico Cultural que permitió compartir trocitos de identidades y culturas de cada compañera. Un momento de encuentro en el que curar el dolor y visibilizar y valorar lo propio de cada una en un espacio que es ajeno y distante en el día a día. Las Jornadas Decoloniales posibilitaron que las compañeras migrantes hablasen de sus violencias y desde ahí, generar un lugar de cuidado colectivo para seguir caminando juntas. 


*Proceso psico-emocional que comprende el ejercicio de reflexión, comprensión y reflexión del mundo en interacción con la integralidad del cuerpo, integralidad compuesta no sólo por lo físico o mental, sino también por las emociones.

 

 

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