Por María Viedma Torres, Trabajadora Social y Máster Universitario en Problemas Sociales: Dirección y Gestión de Programas Sociales
El sábado 15 de abril nos reunimos 25 jóvenes activistas de Granada y Sevilla en el Espacio Startidea, con el objetivo de tratar uno de los temas más relevantes para la Justicia Climática: la Incidencia Política. ¿Cuál es la manera más efectiva de hacerse ver y oír? ¿Cómo se llevan a cabo realmente acciones directas? ¿Cuál es el momento indicado para intentar negociar con las instituciones públicas?
Compartimos nuestra experiencia personal con la justicia climática, el activismo y los motivos para involucrarse en el tema, como la preocupación por la situación climática de sus ciudades y países de origen o los problemas que ha traído la crisis climática en general
Aprendimos con compañeras y compañeros de Extinction Rebellion Granada algunos de los conceptos teóricos más importantes relacionados con la incidencia política en la justicia climática, además de mostrar algunas de las acciones llevadas a cabo por su organización alrededor del mundo. Explicaron las diferencias entre acción directa y desobediencia civil como formas de pasar a la acción colectiva, y resaltaron la importancia que tiene para su movimiento la búsqueda tanto del apoyo de la comunidad científica como de la ruptura del status quo. Compartieron que antes de intentar negociar con las instituciones, es necesario difundir el mensaje que se desea transmitir, movilizando personas realmente implicadas y sensibilizando, puesto que la negociación y la capacidad de realizar demandas sólo es posible cuando existe un equilibrio de fuerzas.
Más tarde, junto a Amalgama Desarrollo, trabajamos desde la dinámica del rol playing la creación de una propuesta de acción política sobre la problemática de Doñana actuando en función de los distintos roles que deben de estar presentes en este tipo de acciones (instituciones, movimientos, partidos políticos, espacios educativos, ciudadanía en general…)
Continuando con las acciones directas no violentas como forma de incidencia política, entre todas las asistentes se llevó a cabo una puesta en común sobre qué roles hacen falta antes, durante y después de la acción directa, qué necesidades creían que tienen las personas involucradas en ella en cada momento y qué miedos consideran que podrían aparecer. Surgieron respuestas muy interesantes, como la importancia del rol de “cuidados”, de realizar reuniones informativas antes de realizar la acción, de conocer bien las implicaciones legales en todo momento, de que exista confianza con los compañeros y de la capacidad en todo momento de poner límites. Se mencionaron el miedo a la violencia física o a que la imagen personal se vea dañada.
Desde Extinction Rebellion Granada nos explicaron que la mayoría de papeles que se pueden tomar en cualquier acción son de riesgo medio-bajo, a pesar de que siempre existe un cierto grado de aleatoriedad, y que es crucial la voluntariedad, existiendo para todos los
participantes la posibilidad de abandonar la acción en cualquier momento. Finalizamos con la simulación de una acción directa no violenta, planteando las distintas posibilidades y problemas que podrían surgir y distintas formas de actuación.
Uno de los puntos más interesantes aportados por Extinction Rebellion Granada fue conocer su propia experiencia. Todas las participantes pudimos experimentar y conocer de primera mano algunas de las sensaciones, mitos, y oportunidades que ofrece la acción directa no violenta.
No solo se trataron conceptos teóricos de una manera diferente, sino que se usaron distintas actividades prácticas que hicieron del taller un día peculiar y profundamente dinámico. Además, no se puede dejar de lado la increíble oportunidad de conocer la experiencia de más de una veintena de personas, en mayor o menor grado implicadas en la lucha por la justicia climática, con orígenes, trayectorias y características muy diferentes.
Nos transmitieron diferentes modos de intentar conseguir que se escuche nuestra voz y de ser visibles para las instituciones, siendo crucial el rol de todos los agentes implicados con los que tenemos que convivir. Nos hicieron ver que no existen enemigos, que el respeto es esencial y que lo más importante es la causa por la que luchamos.
Todo ello en un ambiente libre de juicios, diverso y seguro en que cualquier persona tenía la libertad de intervenir, dudar o hablar en todo momento, en el que en mayor o menor medida cada una de las asistentes nos fuimos habiendo adquirido nuevos conocimientos. Pudimos conocer la gran variedad de actuaciones que podemos realizar en favor de un objetivo común: la justicia climática.