El pasado jueves 24 de junio tuvo lugar el encuentro, vía ZOOM, Mujeres migrantes tejiendo vínculos y barrios desde la interculturalidad. En este espacio un grupo de mujeres migrantes, la narrativa de sus historias y el quehacer diario de prácticas interculturales fueron las protagonistas. En la jornada se pudo disfrutar de la proyección videos y presentación de la guía buenas prácticas del mismo nombre.
El evento fue presentado por María Bastante, coordinadora de la sede de Alianza por la Solidaridad en Sevilla. Bastante mencionó que tanto los vídeos como la guía fueron realizados en el marco del proyecto Mujeres por una Andalucía Diversa, una apuesta de la entidad para visibilizar las buenas prácticas interculturales y de inclusión social que las mujeres migrantes desarrollan en el barrio. Prácticas ciudadanas dónde el cuidado colectivo es la Historia que nos han querido contar mujeres migrantes del barrio El Cerezo.
Por su parte la antropóloga y feminista, Zareli Gamarra, detalló a los y las participantes el proceso de investigación de la guía. Apuntando que a través de una etnografía reflexiva y de la investigación acción participativa (IAP) se logra identificar prácticas de inclusión y aportes de mujeres migrantes del barrio desde sus propias voces.
Después de contar este proceso de diagnóstico y construcción de la guía se dio paso a que las mujeres representantes de las 4 prácticas tomaran el protagonismo. Una vez más, ellas narran sus propias experiencias en el barrio y sobre este proceso creativo.
Por su parte Daniela Ramos, arquitecta, feminista e investigadora, resalta la importancia de este trabajo radica en “aprender a escuchar y escucharnos desde otros lugares no comunes, darle voz a esas voces históricamente silenciadas. Permitir que se nos escuche lo que sentimos y lo que queremos para el barrio porque somos las que lo habitamos. Narrar un habitar desde las propias historias alejadas de esas grandes narrativas de la ciudad.” Alejarse de los discursos hegemónicos. Es ahí, dónde se develan y localizan “la actividad social y política desde una escala micro de lo cotidiano”.
La realizadora Aurora Boez, preponderó que es justamente ese el valor de los audiovisuales “romper de las macrohistorias e ir a las microhistorias en un mundo marcado por el audiovisual”. Poner en el centro lo cotidiano y estas pequeñas historias, desde lo orgánico y no institucionalizado; ya en sí es cambiar el punto de vista y desde donde se está mirando”. Resalta que uno de los aspectos interesantes del proyecto es el análisis de quién tiene la potestad de representar y autorepresentarse. Poner historias de mujeres desde lo cotidiano y desde el barrio es necesario”. Así rompemos la potestad de otros para legitimar frente a la posibilidad de autolegitimarse.
Boez, señala, como estos vídeos pueden ser un punto de partida para conocer y conocerse en el barrio, el entorno más cercano. A día de hoy, donde las cadenas de mensajes forman parte de los clics diario, es un espacio para redescubrir nuestra propia vecindad. Con este aprendizaje invita a replicar esta experiencia para dignificarnos en nuestro día a día.
El intercambio no se hizo esperar y estuvo lleno de emociones y agradecimientos. También se puso en común reflexiones en torno a la necesidad de que el colectivo migrante esté presente en los diferentes espacios, apuntando que muchas asociaciones y plataformas no cuentan o es escasa la representación de las personas migrantes lo que conlleva que este colectivo pueda convertirse en un gueto. Ante este reto, experiencias como estas ayudan a pailar la segregación y favorecer la inclusión.
Esta iniciativa está impulsada por Alianza por la Solidaridad y realizado con la colaboración de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación de la Junta de Andalucía con cargo a la asignación presupuestaria del 0’7% del IRPF.