8 de marzo de 2016. Denunciamos junto a la Coordinadora Andaluza de ONGD los graves riesgos de violencias basadas en el género que están sufriendo las mujeres y niñas refugiadas, desplazadas e inmigrantes.

La Coordinadora Andaluza de ONGD (CAONGD), con motivo de la celebración del 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, denuncia los graves riesgos de violencias basadas en el género que están sufriendo las mujeres y niñas refugiadas, desplazadas e inmigrantes. Estos hechos implican una violación de sus derechos en el país de origen, de primer asilo, o a […]

La Coordinadora Andaluza de ONGD (CAONGD), con motivo de la celebración del 8 de marzo Día Internacional de la Mujer, denuncia los graves riesgos de violencias basadas en el género que están sufriendo las mujeres y niñas refugiadas, desplazadas e inmigrantes. Estos hechos implican una violación de sus derechos en el país de origen, de primer asilo, o a lo largo de la ruta hacia y por Europa.

Así mismo, denunciamos la política de fronteras y acogida que está aplicando la Unión Europea y que tiene el claro efecto de poner a las mujeres en situaciones de violencia, y no como ciudadanas provistas de derechos de asilo. La causa principal del desplazamiento de personas refugiadas es la guerra y violencia que existe en sus países de origen. Vivimos atónitos y denunciando continuamente la falta de implicación de la comunidad internacional en resolver estos conflictos. La intervención de la Unión Europea responde más a intereses estratégicos que a valores de defensa de derechos humanos. En la actualidad, 60 millones de personas en todo el mundo se encuentran en situación de refugio.

La dilación en la toma de decisiones en la Unión Europea sobre cupos y destinos de la población refugiada incide indirectamente en el incremento de las violencias contra las mujeres y la inseguridad de los campos de personas refugiadas. No más muertes, devoluciones forzosas y graves violaciones de los derechos humanos en las fronteras externas de la UE.

Queremos destacar además  la situación de todo tipo de violencia como problema específico  y significativo para las mujeres refugiadas sirias.

En general, las violencias de género son un problema invisibilizado en las crisis humanitarias. No se ha considerado un tema prioritario en la respuesta a ninguna crisis. Hay varios aspectos destacados de desprotección de mujeres y niñas:

  • Los contextos de conflicto y desplazamiento generan por un lado mayores índices de violencia contra las mujeres y por otro, respuestas más débiles. Se genera un ambiente en el que los hombres pueden cometer actos de violencia con cierta impunidad.
  • La lejanía de las redes familiares y sociales y la hostilidad por una parte de las comunidades de acogida generan una situación de mayor vulnerabilidad.
  • La precariedad económica conduce a estrategias que infringen los derechos humanos pero que alivian económicamente a las familias, como el  matrimonio temprano o la trata.
  • La continua movilidad dificulta la atención y el seguimiento de casos de violencias a que están sometidas las mujeres y niñas.

Por todo esto exigimos a los gobiernos:

  1. Acabar con las políticas militaristas, comerciales, energéticas y económicas que obligan a miles de personas a huir de sus casas buscando una vida que merezca la pena ser vivida y a la que, por otra parte, todas las personas tenemos derecho.
  2. Abrir de inmediato vías seguras y legales para las personas  solicitantes de asilo, con objeto de evitar las redes de contrabando y de permitir que todos los seres humanos y especialmente los grupos más expuesto a las violencias, como las mujeres, los niños y las niñas, las personas de edad avanzada y con diversidad funcional, tengan cada vez menos dificultades para encontrar refugio sin poner en peligro sus vidas.
  3. Medidas específicas para garantizar la plena integración de las refugiadas y solicitantes de asilo, replanteando la agenda de la acción humanitaria para prevenir y responder a toda forma de violencia contra mujeres y niñas  como, entre otras, explotación, abusos, violencia y trata.
  4. Respuesta humanitaria con programas de atención a las desigualdades, a la violencia y violaciones de las mujeres y niñas, incrementando fondos de la ayuda humanitaria.

Condena del asesinato de Berta Cáceres

Por otra parte, la CAONGD condena firmemente el asesinato de la defensora de derechos humanos y ambientales Berta Cáceres, Coordinadora del Consejo de Pueblos Indígenas de Honduras, COPINH.

Nos sumamos a los numerosos movimientos sociales hondureños y de todo el mundo que exigen una investigación inmediata de los hechos que garantice que se haga justicia. Mostramos nuestro apoyo y solidaridad con el pueblo hondureño y con los defensores y defensoras de derechos humanos que a diario ponen en riesgo su vida.

La trayectoria de Berta Cáceres demuestra su enorme compromiso con la defensa de los territorios y los derechos humanos de las poblaciones indígenas y rurales. Premio Goldman del Medio Ambiente, Cáceres denunció las actuaciones de multinacionales mineras e hidroeléctricas que, no solo esquilman los recursos naturales, sino que además provocan el desplazamiento forzoso de las comunidades y violan sistemáticamente sus derechos humanos.

En 2013, lideró una campaña contra la construcción de la presa hidroeléctrica Agua Zarca; un proyecto con gravísimas consecuencias para la población de la región del Río Gualcarque. Su actuación en esta campaña le costó el encarcelamiento. El apoyo internacional y las numerosas movilizaciones consiguieron su puesta en libertad poco tiempo después. Recientemente, Berta Cáceres había denunciado en rueda de prensa el asesinato de varios líderes indígenas e incluso las amenazas de muerte que ella misma estaba sufriendo.

Mas info: caongd.org

 

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